Hoy Chacarita ya no depende de Chacarita para salvarse del descenso. Por Gustavo Szpigiel(LGT)

LO que debería ser un análisis del partido, pasa a ser una columna de opinión. Para saber por qué perdió Chacarita con Ramón Santamarina en Tandil 2 a 1 deben ir al archivo de La Gloriosa Tricolor y buscar el análisis de los últimos diez partidos. Solos sacarán sus conclusiones.

Por culpa de una pésima conformación de un plantel de jugadores que serían suplentes en cualquier equipo del torneo Nacional, hoy el Funebrero está navegando en el fondo de la tabla de un campeonato mediocre y si todavía no está condenado a bajar de categoría es exactamente por eso.

Es un equipo hecho a medida de sus dirigentes, los de ahora y los de siempre. Hace muchos años que viene sucediendo esto. Las comisiones directivas que encabezaban Horacio Fernández en dos ocasiones, Vicente Celio y Héctor “Tore” López (y casi siempre los mismos 28 que integran las listas con algunas excepciones) no lograron nunca que esta gloriosa institución (por su historia) pueda dar un salto de calidad que la pueda sacar de esta mediocridad que le robó la pasión a su gente, que le quitó las ganas y que está tan alejada que hasta no se enoja por esta situación. No alcanza con efímeros éxitos, ascensos sin sustento y metodologías caducas de los años 70; nunca elaboraron un proyecto serio. Aparecen las mismas caras manejando las áreas más sensibles del club (fútbol profesional, sede social, inferiores) y siguen los mismos fracasos. Se desaprovechan algunos buenos profesionales que puedan estar trabajando y espantan a técnicos y jugadores que nunca quieren volver. ( ¿alguien se preguntó por qué?)

Mientras tanto nos “entretenemos” con ocultar padrones truchos (que involucran a dirigentes de antes y de ahora) o peleas de barras. Mientras tanto seguimos sin saber por qué llegan jugadores que son inmensamente inferiores a los que estaban. Mientras tanto no hay explicaciones de absolutamente nada y siguiendo la peor práctica de la política nacional, los que defienden a unos, los defienden de cualquier manera y los que los atacan lo hacen igual. Sin pensar si hay cosas buenas o malas. Lo importante es que se queden o se vayan. No importa nada. No importa Chaca.

Y llegamos a esta situación. Mientras nuestros rivales “históricos” pierden al DT y van a buscar a uno similar para que siga con el mismo proyecto, nosotros pasamos de un ayudante de campo que hizo su primera experiencia (y única hasta ahora) en Chacarita; a Bianco que hace lo que puede con lo que tiene, aunque da la sensación que ya no puede.

Mientras nuestros rivales en la tabla van en busca de Brian Fernández ( codiciado en su momento por los grandes del fútbol argentino) y mantienen a Parra como nueve de área ( ya hizo seis goles), nosotros le decimos que no a Facundo y vamos en busca de Fergonzi y Morrison Varela ( con todo respeto por estos jugadores) y mantenemos como “diez” a un jugador como Joaquín Ibáñez, que seguramente podrá triunfar en cualquier equipo del ascenso o en otro lado, pero ya demostró con creces que el Funebrero no es su “lugar en el mundo”. No juega, no arma, no trasciende y no se compromete en los peores momentos del partido. Es evidente que le está pesando ser quien tiene que llevar la responsabilidad de crear juego.

Hoy Chacarita ya no depende de Chacarita para salvarse del descenso. Hoy depende que All Boys y Almagro no ganen. Es la única manera que tiene el Funebrero de salvarse del descenso. Y si por milagro se pueda salvar, que nadie se adjudique mérito. Es por la pobreza de los otros. Y si no se cambian las caras, el proyecto y el sistema de dirigencia en el club: el logro volverá a ser efímero. Y el descenso estará nuevamente a la vuelta de la esquina. Como en los últimos 12 años.

Gustavo Szpigiel