Amigos de Aquí Chacarita,

 

Les quiero compartir mi emoción, de que voy a volver a la cancha, después de casi 9 años, con toda la familia y con mis 2 hijas y mi hermosa sobrina. Para ello, les escribo unos breves pensamientos y sensaciones que tengo desde tierras Aztecas, unos días antes de pisar el templo funebrero…

 

Alrededor de 1982/83, la primera vez que iba a ver a Chaca, era de la mano de mi hermano mayor y mi viejo, tenía apenas 6 años, y para mí era como salir a pasear. Hubieron muchos goles, 4-2.. después, años más tarde, me enteré que habíamos perdido con Huracán, en su cancha.. (recuerdo como si hubiera sido hoy, un choque entre el arquero de Chaca y el 2, que permitió que el delantero contrario definiera con tranquilidad..). Esa sensación inocente de estar acompañado de mis dos referentes, y compartir una tarde de “hombres”, y estar en una cancha, volvió a resurgir, a los 13 años (lapso por el cual mi vieja no me dejo ir más, porque era una época bastante violenta.. y solo iban mi hermano y mi viejo “hasta salieron en una doble cara de El Gráfico, alentando a pesar de los gases en el estadio de Atlanta!).

 

Ese día de 1990, mi hermano me “secuestro”, y me dijo claramente, hoy es un partido clave, y quiero que vayamos juntos. Atlanta vs Chacarita, en Villa Crespo. La tribuna tricolor reventaba, y para colmo, faltando 3 minutos.. gol de Chaca! Festejo, Alegría, Llanto, temblábamos, nos abrazámos entre todos (escribiéndolo aún hoy, me emociono). Ese fue un punto de inflexión.

 

Comenzamos a ir a todos lados, los sábados eran sagrados desde temprano. Teníamos nuestro ritual. Comenzamos a armar nuestra banda, con nuestro Primo, con su viejo, y unos amigos que se iban contagiando y amando a Chaca como su primer amor. Hicimos una bandera (“Sigan Participando”), dedicada a todos aquellos clubes que se consideraban rivales nuestros, pero que no sabían lo que era dar la vuelta olímpica en grande. Tuvimos problemas con la policía, viajamos al interior varias veces, siendo la última el 0-3 con Instituto (golpe directo al corazón). Como es Chaca, nos levantamos, ascendimos, fiesta, gloria, un espectáculo. El 4-4 con River, ganarle a Independiente, a Boca… algo impensado cuando comencé a seguirlo de cerca y personalmente. El 1-0 con gol de la vieja Moreno, a River, fue el último gol que gritamos junto con mi viejo, y fue hermoso. Nunca lo voy a olvidar.

 

Pocos años más tarde, tuve a mi primer hija, tuve la suerte de coincidir con el plantel de Chaca en un restaurante de Maschwitz, después de que GELP nos hiciera 6 goles.. El Gato Mignini nos regaló una camiseta cuando nos estábamos yendo con nuestras familias, porque nos emocionamos tanto, que no pudimos evitar pararnos en medio de las mesas y alentarlos.. fue un momento fantástico

 

Vivimos descensos, sufrimos ascensos, disfrutamos empates, gozamos victorias que solo Chaca logra, como también puteamos incansablemente por esas derrotas con equipos sin nombre.. Eso es Chacarita, y para mí, también es familia.

 

 

 

Estoy muy feliz porque el próximo partido en San Martín (con Comunicaciones), después de casi 8 años, voy a volver a la cancha. Voy a conocer el nuevo Templo. Voy a revivir esas emociones que van más allá de la categoría en la que estemos. Y no vuelvo solo, vuelvo con mi hermano, con su esposa, con mi sobrina (Zoe) y con mis dos hijas (Azul Valentina y Ambar Sofia), que estaban esperando el momento para conocer una cancha de futbol, para conocer al famoso Chacarita, y para que juntos gritemos al ver la primer camiseta tricolor al salir del túnel “CHACARITA!! CHACARITA!! CHACARITA!!”.

 

Tiembla todo, y no es un sismo.. es la emoción y pasión de los funebreros que estamos en México y en el mundo, y tenemos sangre en las venas, de color rojo, blanco y negro.

 

Les mando un fuerte abrazo, y gracias por permitirme compartir esta emoción que no me deja dormir días antes de llegar..

 

Sebastián Losada

 

 

PD: ojalá se pueda compartir en el sitio, ya que es una sorpresa que me gustaría regalar a mis seres queridos funebreros..