Mi nombre es Ricardo Oscar Donato Ayrala, nací en la Cd. De Buenos Aires el 30 de Mayo de 1942, desde muy pequeño fui un apasionado jugador de fútbol. Con motivo de la celebración del 107 aniversario del CHACARITA JUNIOR CLUB, mi esposa me sugirió que contase mi historia que tuve de niño con el Club. Quiero aclarar bien que es mi historia con el Club y no, la historia del Club. Cuando tenía alrededor de 5 años, mis padres se mudaron al barrio de Malaver (Partido de San Martín), allí hice varios amigos con los cuales jugábamos casi a diario nuestras cascaritas de fútbol, por supuesto con pelotas de trapo, papel, de goma (cuando se conseguía alguna) y con nuestros únicos zapatos o zapatillas (según las posibilidades económicas de nuestros padres), nunca tuvimos una verdadera pelota (soñábamos con una N° 5). En el mes de Febrero del año 1955 (tenía yo 12 años) nos enteramos que en el Club Chacarita Junior harían pruebas para las divisiones inferiores, en su sede de Villa Maipú, en la calle de Gutiérrez, donde permanece hasta la fecha en sus nuevas instalaciones. Con mi gran amigo Keko (Sergio Di Giorgi) QEPD, decidimos asistir a esas pruebas. Llegado el día caminamos desde Malaver a Villa Maipú (de esa forma nos servía de calentamiento) y nos presentamos en la cancha de Chacarita, éramos bastantes aspirantes, nos juntaron y bajamos a los vestidores, allí nos proporcionaron unos botines demasiado grandes y a los cuales además no estábamos acostumbrados y ni teníamos las medias adecuadas, me los puse y salimos a la cancha con nuestras zapatillas también (que en ambos la derecha estaba muy gastada y la mía rota), primero le tocó el turno a Keko con un grupo y después de un rato lo sacaron y me dijeron que entrara, pero no me hallaba con esos botines, me salí y me puse mi zapatilla izquierda y para poder jugar le pedí a mi amigo que me prestase su zapatilla izquierda, por lo tanto jugué con dos zapatillas izquierdas. El Sr. Que dirigía la práctica se llamaba Miguel, al rato de estar jugando me cambió por otro niño. Cuando la prueba terminó regresamos a los vestidores a devolver los botines, allí nos llamaron a los dos y nos informaron que nos quedábamos, firmamos un papel y nos tomaron los nombres y una foto, nuestra alegría fue inmensa. Nos citaron para las prácticas en la sede social que Chacarita tenía en Colegiales y allí nos entregaron el Carnet de jugador, en el que pusieron mal mi nombre (Héctor) en lugar de Ricardo, pero me informaron que me lo cambiarían cuando pasara a la 8va. División. Recuerdo que uno de los partidos de práctica fue contra Atlanta(eterno rival) en su cancha y les ganamos. Durante ese encuentro el Sr. Miguel me gritaba “pibe patea con la derecha”, es que yo seguía jugando con dos zapatillas izquierdas!!! Otros partidos fueron en Villa Soldati a donde nos llevaban en autobús (para ello mi padre debió firmarme una carta de autorización y responsiva ya que era menor de edad). Los entrenamientos los hacíamos en la cancha de Chacarita, después que terminaban los de 1ra. División, de ella recuerdo a jugadores como el Portero “Oso Díaz” y al defensa central Pizarro. Con el Carnet de Jugador teníamos libre entrada a todos los partidos que Chacarita jugaba en su cancha. Así pasaron unos 6 meses, durante los cuales el Club me enviaba citatorios por medio de telegramas, pero había veces que mi madre no me los daba porque yo estudiaba por las mañanas y trabajaba en las tardes, pero mi amigo Keko me avisaba para poder asistir. Al Club seguíamos llegando caminando, como dije antes ese era nuestro calentamiento previo. Al año siguiente (1956) en el mes de Febrero, sufrí un grave accidente (debido al cual ya no pude jugar más fútbol), fue un durísimo golpe para mí, el Club me seguía enviando telegramas pero con más razón mi madre no me los daba, debido a esto un día llegaron unos señores del Club a mi casa para saber cuál era el motivo por el que no respondía a sus llamados, al enterarse de mi situación, me informaron que con mi carnet seguían las puertas abiertas para mí, que cuando pudiese fuera a recoger un papel que me acreditaría como socio vitalicio o algo similar, pero nunca tuve el suficiente ánimo para recogerlo. Cuando estuve en condiciones, regresé a ver partidos de Chacarita con mi amigo, (también algunas veces nos acompañaba Carlos Leandro Cancio, “Lucho” ) que luego se convertiría en mi cuñado) de esos partidos recuerdo uno que no se pudo jugar en la fecha correcta y lo pasaron para el verano, se jugó un día de semana CHACARITA vs. INDEPENDIENTE que traía a la delantera de la Selección Nacional, formada por Michelli, Checonato, Bonelli, Grillo y Cruz. El Director técnico de Chacarita era Peucelle y les recomendó a los jugadores “ muchachos jueguen como siempre, pero no molesten a Grillo”, el partido lo estaba ganando Chacarita por dos a cero, y molestaron a Grillo, terminaron perdiendo cuatro a dos. Esta anécdota me la contó Mario Pavés, jugador de Chacarita en 1ra. Divisióny que participó en ese partido. Luego se vino a jugar a México al Club América, se quedó a vivir en México dónde lo conocí personalmente muchos años después. En el año de 1971 mi esposa y yo emigramos a México, ya pasaron 43 años, pero la familia, amigos y amores no se olvidan, CHACARITA JUNIOR es uno de ellos. Por todo lo que leí últimamente (sobre todo por la constante información que publica mi sobrino Leandro Cancio) que es uno de los más fanáticos aficionados, colaborador y difusor, sé que hay un grupo llamado “El Poli de Chaca Crece” que trabaja muy duro para la institución sin percibir ninguna retribución, lo hacen con todo su corazón y amor por los FUNEBREROS, que sirva de ejemplo para los jóvenes que viene detrás, los felicito muchachos por su gran labor.Al escribir esta historia sentí que mi amigo Keko y yo fuimos un granito de arena DEL CLUB CHACARITA JUNIOR, y eso me ha emocionado mucho. En esos tiempos jugaban al fútbol los habilidosos y no los atletas, hoy en día ha cambiado y evolucionado mucho, primero son atletas y después jugadores. Lo dedico a todos los que luchan y trabajan por cumplir con sus sueños, y a mi hijo Ricardo que aprendió a amar el fútbol junto a mí. México, D.F. a 18 de Mayo de 2014




