Chaca perdió de local 3 a 0 con Armenio y quedó con mínimas chances para buscar el segundo ascenso.
Uno pudo haber pensado en los dos partidos anteriores que todo fue culpa de las circunstancias, lo de hoy nos confirma que no hay casualidades, esto estaba previsto.
Trajeron un técnico que no tiene idea ni dónde ni a quién está dirigiendo.
Se arruinó de la noche a la mañana el trabajo de un año y la esperanza de miles y miles de hinchas que habían renovado la ilusión después del mazazo del año anterior con Chicago.
San Martín era una fiesta, Chaca ganaba, goleaba y gustaba. Es cierto, de visitante cambiaba el chip, pero por ahora, solo con eso le alcanzaba para lograr el objetivo y hacer feliz al pueblo funebrero y el único objetivo en la mira era el achicar distancias con Atlanta llegando a estar a 3 puntos.
De repente una mañana, el Presidente de Chacarita (hoy insultado por la gente que pidió su renuncia) se levantó y junto a un grupo de seguidores de la Comisión decidieron que lo mejor era echar al entrenador. Ya de por si fue una decisión que no se entendió, pero faltaba lo peor. Traerle como reemplazo a alguien que no sabe nada de lo que pasa en el futbol de la B Metropolitana argentina, y que evidentemente tampoco sabe nada de Chacarita.
Y asó se fue pergeñando lo que creemos la decisión deportiva mas errónea que uno se acuerde en Chaca. La sensación más clara de regalar un ascenso. Y no sabemos por qué.
Tres partidos dirigió Navarro Montoya a Chacarita, los tres partidos más accesibles que podía tener (esto también es un indicativo que no se eligió el momento al azar) y realmente jugó los peores tres partidos del torneo: sin ideas, desordenados, jugadores que misteriosamente “desaparecieron”, cambios posicionales inentendibles, un equipo tibio, confuso, que literalmente fue “bailado” en el segundo tiempo esta noche frente a Armenio.
No sabemos realmente quién manda en Chacarita. Si el presidente en soledad, si la Comisión directiva acompaña, o no, o si realmente es cierto lo que dicen “las paredes del club”: que es Carlos Granero el que baja las indicaciones porque es el que pone la plata.
Lo que está claro es que este camino de “no ascenso” no se lo podemos adjudicar ni al azar ni a las circunstancias. Acá se tomaron decisiones que marcaron ese rumbo, y hay responsables.
Y esos responsables hoy se tienen que hacer cargo. Reaccionando ante una mala decisión que costó el ascenso y asumiendo el error en estas tres últimas fechas buscando la mejor opción para lo que queda del torneo (que no es Navarro Montoya sin ninguna duda).
No hablamos con el diario del lunes, todos los que nos siguen o nos leen saben que se lo anticipamos al mismo Navarro Montoya y al Presidente López antes del primer partido con Flandria; era una aventura que no tenía sustento, eso pensábamos en ese momento.
A la conclusión que llegamos hoy es que no era una aventura y si tenía sustento.
Chaca perdió tres a cero, de local y con un equipo que deambula sin ninguna aspiración en el torneo.
Mas allá que Navarro Montoya comenzó (de la peor manera) su carrera como entrenador, haya seis jugadores de lo mejor de Chaca que los tiene en garantía el grupo inversor y el ascenso que estaba al alcance de la mano quedó lejos; el Tore López y la Comisión directiva hoy quedaron en el peor lugar que pueden ocupar en la conducción: lejos de la gente.
Este es el momento del cambio, ya no hay mas tiempo. Chaca está en caída libre y no hay nada ni nadie que lo impida. Si no lo hacen, creemos que la decisión excederá el capricho, y entonces si, no quedará otra cosa que pensar que todo lo que sucedió es parte de un proyecto, que no fue casualidad y con el equipo fuera de todo y con jugadores en manos de un grupo inversor, la tarea está cumplida.
Gustavo Szpigiel.