El Rulo Romero vuelve a Chaca.

 

 

Según lo confirmó el presidente de Chacarita, Héctor “Tore” López, a través de su cuenta de Twitter, el mediocampista que debutó en el Funebrero en el 2000 volvería al club a ponerse la Tricolor a pedido del técnico Carlos “el Gato” Leeb.

 

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El volante escribió en su cuenta personal de Facebook: “Yo sabía que algún día volvería a mi casa, chaca te amo, todo por vos”.

 

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El jugador llegaría el miércoles a la Argentina, proveniente del Club Jorge Wilstermann de Bolivia, para firmar su incorporación.

 

Inf: LGT.

 

 

 

 

 

Carta de un Hincha “Cuidar el semillero”.

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Corría 1966, yo tenía 5 años y mi viejo me hizo de Chaca.

En ese club, del que a esa edad no podía apreciar y comprender todo lo que estaba encerrado en lo hermoso de sus colores ni encariñarme como lo hice luego, ya se aplicaba una regla básica de toda aquella institución que pretende ser grande en lo deportivo: “CUIDAR LOS PIBES DE SU SEMILLERO”. Tres años después llegaría la recompensa a ese cuidado: Chaca lograba su campeonato Metropolitano. Su único campeonato de Primera División, ese que muchos clubes de la actualidad no han podido ganar y quisieran tener.

Mucha agua ha pasado bajo el puente, de esa regla básica poco parece haber quedado de enseñanza para los que hoy conducen su timón. Chacarita tiene un semillero magnífico, producto del legado de hombres como Ernesto Duchini, entre otros; pero, quienes seguimos la historia del funebrero, vemos como año a año excelentes jugadores, nacidos de su cantera, migran a otros clubes. ¿Desidia, intereses económicos encontrados, culpa de algunos vivos que hacen negocios a espaldas del club? La respuesta seguramente está integrada por un poco de cada una de las supuestas faltas cometidas en todo ese tiempo.

Lo cierto es que actualmente no hay puntos posibles de comparación con lo que se hacía en 1966.

Hay una regla de oro, que todo dirigente debería volver a valorar, contemplar y aplicar, para no cometer los mismos errores que se han sucedido ininterrumpidamente desde el momento mismo del máximo logro hasta hoy: “CUIDAR EL SEMILLERO”.

 

Miguel Menditto.