Gustavo Szpigiel hoy en Clarin

LA CARTA. Me acuerdo de casi todo. Vivía en Villa Adelina, y el domingo era sagrado. Almorzar pastas en la cantina cerca de la estación de tren, y mientras comíamos mirábamos el partido de tercera por la tele y después salíamos para San Martín. Casi siempre llegábamos cerca del comienzo del partido. Las imágenes me vienen a la cabeza. Algo del primer partido con Platense en Manuela Pedraza y Crámer (estábamos detrás del arco) y después a sufrir el 1 a 7 en Lanús, chau, y yo escuchaba: “Otro año para pelear el descenso”. Mis tíos hablaban de que se habían agarrado a piñas en el vestuario el “pelado” Ortiz y Recúpero, tantas cosas se decían… Pero en el partido siguiente apareció en forma mágica un equipo que no sólo jugaba bien, sino que goleaba ¡5 a 0 a Colón en San Martín!

Luego van volando los partidos y me ubico a las 10 de la noche en la casa de mis abuelos, en la previa de un viaje a Santa Fe, cortando papelitos con mis primos, cinco éramos en el Fiat 600, todavía siento el calor en la cola por el motor que estaba debajo del asiento trasero. Nos ubicaron a los chicos en una platea que bordeaba la cancha debajo de donde estaba la hinchada de Chaca, cuando hace el gol el Funebrero (Jáuregui en contra aunque parecía que lo había hecho Orife), vino el “Cusa” y lo gritó donde estábamos nosotros, y cuando agarra el alambrado para festejar desaforado, me toca la mano que estaba aferrada al alambre del otro lado. Todo el viaje de vuelta los cansé a todos diciéndole que me lo vino a dedicar a mí. Y así se fueron sucediendo los partidos, con mi edad y con la historia a cuestas, uno no podía imaginar en salir campeón, eso era para Boca, San Lorenzo, Racing o Independiente. Nosotros nos conformábamos con los titulares de los diarios; “Al futbol se juega así” “Hoy juega Boca y el Boom” “Chacarita, una brisa de aire en este fútbol amarrete”. Y me acuerdo de un payaso que todos los partidos lo veíamos en la puerta de la cancha disfrazado y nunca se sabía quién era, o mirar a la hinchada que cada día se entusiasmaba más.

Arriba: Marcos, Puntorero, Recúpero, García Cambón y Orife. Abajo: Petrocelli, Pérez, Poncio, Gómez, Frassoldati y Bargas.

Arriba: Marcos, Puntorero, Recúpero, García Cambón y Orife. Abajo: Petrocelli, Pérez, Poncio, Gómez, Frassoldati y Bargas.

El partido que marcó la diferencia entre un humilde que jugaba bien y un equipo que pedía pista en serio fue el de la Bombonera, cuando entre Marcos y García Cambón se hicieron un festival contra Marzolini y compañía ganando 1 a 0 y poniendo a Chacarita entre los candidatos al título. Después, salvo un tropezón en Rosario, el camino estaba marcado. Perder en la última con San Lorenzo lo llevó a jugar con Racing la semifinal y obligó a que Boca y River jueguen una “final” adelantada, empatan 0 a 0 y el reglamento por mejor posicionado en la previa hizo que los de Núñez jueguen con nosotros. Mientras tanto, en la cancha de Boca, un sanjuanino se tiró de palomita a la gloriapara llevar al chico, al humilde, al boom, a jugar la final del campeonato. Esa mañana nos tomamos el tren desde Villa Adelina con mi viejo y un amigo de él que vino desde Córdoba a ver el partido. Me acuerdo que pasamos por la estación Núñez y subieron muchos hinchas de River cantando “Funebrero, funebrero” para ver si alguno de los que estábamos cantábamos, y nos bajaban del tren.

Así publicaba Clarín la consagración de Cahcarita ante River, en 1969.

Así publicaba Clarín la consagración de Cahcarita ante River, en 1969.

Eso me dijo mi viejo, ahí me agarró la mano y yo obviamente me quedé callado esperando llegar a Retiro y después llegar a Avellaneda, cruzar un alambre caído para llegar a la cancha. Estábamos detrás del arco donde Marcos hizo el mejor gol de la historia de una final de campeonato. Desde que entramos hasta que nos fuimos a la cancha todo fue increíble; gritar los goles de Chaca con gente que me alzaba yme bañaba en lágrimas mientras mi papá no me soltaba la mano en ningún momento. El miedo, porque al final los hinchas de River que estaban en la tribuna de arriba encendieron papeles y los tiraban para abajo mientras los hinchas de Chaca cantaban “se quema y se quemó; a River se le queman las ganas de Campeón” o con el clásico“Dale Cha, Dale Cha, Dale Chaaaaca lalalalla” (con la música de “Ob-La-Di, Ob-La-Da”, de los The Beatles . Final 4 a 1 Campeón Metropolitano.

Los 50 años del inolvidable Chacarita campeón de 1969

a, por el mismo camino: Avellaneda, Retiro, tren a Villa Adelina y a casa. Caminábamos esa noche por la avenida Paraná, doblamos en Cajaraville y llegaba hasta el 6.467 de la calle Santa Fe, donde mi mamá nos esperaba con co mida para festejar. Todavía siento la mano de mi viejo apretando la mía. Sin darme cuenta, con mis 9 años había sido testigo de una hazaña increíble. El equipo humilde, el que siempre peleaba el descenso, el del payaso, el equipo de toda mi familia, le había dadouna lección al fútbol argentino, a la revista Goles que había preparado una edición especial de River y la tuvo que guardar, a los dirigentes de River que subestimaron, a todos aquellos que no creyeron que con la unidad de los dirigentes, el acompañamiento de su gente y un grupo de jugadores que entendieron el mensaje, se puede lograr lo impensado.

Gustavo Szpigiel

gustavo@visavis.com.ar

EL COMENTARIO DEL EDITOR

Por César Dossi

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Un comentario sobre “Gustavo Szpigiel hoy en Clarin”

  1. Q buenas palabras la verdad se me cae un lagrimon leer esto ojala alguna vez nosotros podamos disfrutar d algo así esa sensación q te sale del corazón x ver a Chacarita bien o jugar algo alguna vez vamos chaca q algún día va a venir gente q te quiera y pelearemos algo si Dios quiere

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